miércoles, 28 de abril de 2010

"Pastillas" para las emociones

Hace años que tomé mi primer preparado floral y con el tiempo creo que fueron las flores las que me prepararon para reiki de alguna manera. A partir de las flores encontré la danza del vientre y a través de ella, a reiki.

Sin embargo nunca me habían atraído especialmente, no lo suficiente como para hacer un curso y convertirme en terapeuta. Me daban la sensación de ser "pastillas" para las emociones: si siento algo que no me agrada me tomo unas gotitas y ya está. No me sentía muy afín a eso ya que considero que las emociones dan una valiosa información acerca de quienes somos.

Hace unas semanas un par de amigas que estaban aprendiendo volvieron a hablarme de las flores, e incluso encontraron algunas que podían serme útiles en ese momento.

Justo estaba pasando por una etapa de inseguridad en mis capacidades que nunca había vivido y que, además me sentía incapaz de arreglar por mí misma. Era como si esa circusntancia me sobrepasara.

Tomé un preparado de tres flores que no recuerdo. Supongo que Larch estaba entre ellas y quizás Elm...

Ese fin de semana tuve que impartir un taller, era la primera vez que daba uno de esas características, con lo que la inseguridad habitual se incrementó.

El primer día experimenté una de las crisis curativas más fuertes que he sentido nunca: era como si todos los síntomas se reforzaran intensamente en un momento. Me llevaron al límite de mí misma de tal forma que incluso me planteé suspender el taller o "fingir" que me había puesto enferma.

Lo curioso es que, en mitad de la crisis, pude ver qué era lo que ocasionaba mi inseguridad: estaba tan preocupada por la opinión que pudieran estar teniendo los alumnos sobre mí o el curso que era incapaz de centrarme en el momento presente.

Lo ví, claramente.

Y me pareció increíble, porque ese ha sido siempre el trasfondo de mis inseguridades.

Así que las flores dejaron de ser "pastillas" para las emociones, para convertirse en interesantes herramientas de conocimiento, ya que no hace que las emociones se disuelvan, sino que te hacen consciente del patrón que te lleva hacia ellas.

Botes bajo la almohada

Entendemos que las Flores de Bach funcionan a través de la vibración.

La vibración de las flores se transmite a las gotas de rocío que pueden recogerse y tratarse para que permanezca. Funcionan gracias a la capacidad de recibir las vibraciones de las moléculas de agua.

Por tanto, si funcionan a través de la vibración, en realidad no parece necesario ingerir las gotas. El contacto con ellas, incluso a través del vidrio, puede funcionar.

O quizás, para que se transmita la vibración es necesario el contacto físico de las moléculas de agua con energía floral y las moléculas de agua de mi organismo.

En cualquier caso voy a usar las dos maneras: por contacto con el botecito de esencia madre y el preparado que ingeriré.

Anoche dormí con el primer botecito bajo mi almohada.

Comienzo del experimento

Me apetece hacer un experimento con las flores de Bach.

Las he tomado en un par de ocasiones con excelentes resultados, pero nunca había sentido el impulso de trabajar con ellas de forma más exhaustiva.
Tengo la sensación de que son excelentes para el trabajo con las emociones y para ello las quiero usar.

En principio no quiero usarlas como terapeuta (ni siquiera autoterapeuta), sólo quiero comprender las emociones y tendencias humanas a través de ellas, para conocerme a mí misma en realidad.

No conozco la flores ni los tipos, no he hecho ningún curso, mi objetivo es conocerme y conocerlas a partir de la experiencia. Posiblemente apoyaré este trabajo con la lectura del material que hay escrito sobre cada arquetipo emocional, pero quiero que mi información proceda de la praxis, que pueda sentir en mi cuerpo ese espectro de emociones.

No parto de ningún método en concreto ni de ningún orden establecido, por lo pronto van a ser varios meses de trabajo en los que también continúo mi trabajo con Reiki y las limpiezas hepáticas.

¡¡Estoy deseando empezar!!

Ayer me compré el kit con las 38 esencias. Me sentía como una niña en la mañana de Reyes. Todos esos botecitos con nombres exóticos...

¡¡Manos a la obra!!